Nuestra historia
En 2020, un grupo diverso de organizaciones se unió con un sueño común: garantizar que todos los niños crecieran en familias seguras y amorosas, rodeados de un ambiente que fomentara su desarrollo integral. A pesar de las diferencias culturales, geográficas y lingüísticas, las 18 organizaciones, distribuidas en cuatro continentes y siete países, compartían una visión clara: crear un modelo de cuidado infantil basado en el amor, la seguridad y la comunidad.
Así nació Family Power, un programa de colaboración internacional que unió a 9 organizaciones holandesas con 9 internacionales. Juntos, estos pioneros se propusieron encontrar soluciones prácticas para asegurar que los niños pudieran crecer en entornos familiares que no solo cubrieran sus necesidades básicas, sino que también fomentaran su bienestar emocional y afectivo.
Uno de los primeros pilares de este ambicioso proyecto fue el programa de intercambio de experiencias, donde los miembros del grupo se reunían digitalmente una vez al mes para compartir historias, ideas y desafíos. Durante esos encuentros virtuales, surgieron intercambios profundamente enriquecedores, donde cada organización aportaba su perspectiva única sobre el cuidado infantil. Las lecciones aprendidas de países con contextos sociales y económicos tan diferentes demostraron que, aunque las circunstancias podían variar, los valores fundamentales sobre los que debía basarse el cuidado familiar y comunitario eran universales.
Las conversaciones no solo giraban en torno a los éxitos, sino también sobre los retos a los que se enfrentaban cada uno de los miembros: desde la gestión de recursos limitados hasta la resistencia cultural al cambio en algunos lugares. Pero fue precisamente esa diversidad de retos lo que hizo que las soluciones compartidas fueran tan valiosas. Cada historia de superación y cada fracaso enseñaban algo nuevo, y todos los participantes se sintieron parte de algo más grande que ellos mismos.
Pronto, esta colaboración tan rica y constante empezó a generar una reflexión común: ¿por qué no compartir este modelo de trabajo con otras organizaciones y proyectos alrededor del mundo? Así nació la idea de crear un espacio donde organizaciones de diferentes partes del mundo pudieran compartir y aprender unas de otras de manera estructurada. En 2023, ese sueño se materializó con el nacimiento del Programa de Aprendizaje Mutuo.
Este nuevo enfoque no solo profundizaba la cooperación entre los miembros originales, sino que también ofrecía a otros actores la oportunidad de unirse y participar en un intercambio global de conocimientos. El programa invitaba a más organizaciones a involucrarse y sumarse a la idea de construir una red de apoyo mutuo, donde se celebraban tanto los logros como los obstáculos, siempre con el objetivo de mejorar el bienestar de los niños y las familias.
Con el tiempo, el Programa de Aprendizaje Mutuo fue reconocida como una herramienta poderosa para cambiar la manera en que las organizaciones abordaban el cuidado infantil. Y fue en 2023, bajo la nueva denominación de Family Power – Mutual Learning, que el proyecto encontró un nuevo impulso. Este nombre no solo reflejaba el espíritu de colaboración y co-creación que lo animaba, sino que también representaba la idea de un aprendizaje continuo entre todos los involucrados. No solo se trataba de enseñar a otros, sino de aprender mutuamente a medida que se compartían conocimientos, desafíos y experiencias.
Los miembros de Family Power sabían que el camino era largo y lleno de obstáculos, pero también entendían que, al trabajar juntos, podían hacer realidad su visión de un mundo donde cada niño tuviera el derecho a crecer en una familia segura, amorosa y apoyada por su comunidad.
A lo largo de los años, el programa fue ampliando su alcance, inspirando a nuevas generaciones de trabajadores sociales, educadores y defensores de los derechos de la infancia. Y mientras la colaboración seguía creciendo, todos se mantenían fieles al mismo propósito que les unió desde el principio: garantizar que el poder de la familia y la comunidad estuviera al alcance de todos los niños, sin importar dónde nacieran.
Así, Family Power – Mutual Learning se consolidó no solo como un programa de colaboración, sino como un testimonio de que, cuando las organizaciones se unen con un propósito común, el impacto de su trabajo puede trascender fronteras y cambiar realidades para siempre.